lunes, 2 de abril de 2012

Felicidad


La felicidad es un estadío al cual acceden exclusivamente los incapaces de comprender la dimensión de la realidad.
Los optimistas que consideran errónea a esta definición, son parte de la misma, e integran el segmento de los incapaces.

martes, 31 de enero de 2012

Distancia

Ninguna suma de tiempo -por más grande que sea- se convertirá en distancia, siempre y cuando la memoria perdure.
Serán sólo los ojos esquivos los que permitan ser disuadidos por amores efímeros, por pasiones cansadas. Serán esos mismos ojos, dubitativos y cobardes, los que den lugar al olvido.
Todo se alejará entonces, más allá nuestro alcance, cuando optemos por mirar al vacío, aún a sabiendas de que siempre ha sido prioridad mantener la mirada altiva.
Más fácil será erguir un dedo falaz, tirano y acusador, que erigir una idea en pos de rectificar la que ha sido juzgada cobardemente.
Se acumulan -en espaldas cansadas- tropezones, caídas sucesivas, sin lograr comprender a priori que han sido todos aquellos incidentes, propios de nuestra impericia; una vez más será nuestro impulsivo Ser el que decida actuar en repudio, por sobre la pro actividad.
Más no deberán ser menospreciadas aquellas caídas, y obviarlas será por caso el mayor de los defectos, incluso mayor que el que nos llevó a tropezar. La memoria será la que permita identificar el error, para evitar la reincidencia.

Límite

Existen variados tipos de condicionantes: ideológicos, sociales, culturales, políticos, etcétera. Los mismos harán las veces de envase contenedor, o mejor aún, de marco de un cuadro -aún- en blanco.
Supongamos un porta retratos, algo azaroso, sembrado en alguna parte de un hogar irrelevante. Lo significativo de éste será la foto en él, y no el contenedor de la misma, entonces: ¿Por qué ha de ser que el marco merezca la mota de condicionante para los colores a utilizar en el lienzo? Es bastante miserable la idea, incluso peor la sensación de la misma.
Los infinitos paradigmas, y la ausencia de creatividad para quebrantarlos, es la sombra que nos oprime, por ende el cuadro será tan prístino, como fuerte sea el marco.

viernes, 21 de octubre de 2011

Brevedad

Alentar a decir sencillamente lo que se piensa no es abogar por la sinceridad, sino por una verborragia absurda que tendrá por fin dejar al descubierto que tan limitados hemos de ser.
La importancia de todo tema será -por cierto- subjetiva, entonces, animar a pensar lo que se dice no implica necesariamente una búsqueda en pos de la genialidad onírica, sino en darle trascendencia a lo dicho en plena conciencia.
El valor no radicará en el tema en sí mismo, sino en el respaldo que a éste se le ha dado.

viernes, 5 de agosto de 2011

O(h)DIO(s)

La más bella de las contradicciones del Catolicismo radica en su forma de persuasión: mientras que los escritos bíblicos hacen hincapié en las acciones de Jesús en torno al amor por el prójimo, al respeto y la tolerancia, la forma eclesiástica de coaptación no fue sino a través del miedo endémico y sistemático; los 10 mandamientos han sido escritos para ser cumplidos, y no es debido este cumplimiento en torno a su intención de marcar un sesgo ético o moral, sino porque de no hacerlo, el castigo será inminente: el infierno aguarda pacientemente por los pecadores.
Los católicos no aman, sólo temen.

Económicamente hablando, un inversionista coloca en el sistema un bien material esperando por este un rédito: dinero.
Ideológicamente hablando, un católico deposita en el día a día una buena acción esperando por ésta reconocimiento: el Paraíso.
Un católico no es más que un oportunista.

El proceder del pensamiento científico indica que el estudio va de lo general a lo particular. Cuando lo macro es demasiado complejo se reduce el universo de estudio y el camino es el inverso: se estudia lo micro y luego se extrapola.
Si se toma como premisa el marcado egocentrismo del fiel católico -que prepondera la inmortalidad de su alma por sobre todo- se pueden injerir lógicamente los pasos a seguir por la doctrina, y se justifican las acciones y las medidas tomadas por ésta, tales como la disgregación, el odio de género y de raza, y el repudio al avance científico, tecnológico y social.
La religión católica no posee fieles, sino reclutas megalómanos.

lunes, 9 de mayo de 2011

Somos

El irrefrenable deseo de viajar no está motivado por considerarlo una potencial solución al creciente estrés debido a las labores diarias, el estudio, o la rutina, sino que está arraigado a lo más básico de nuestro Ser. Traspasar fronteras e ir más lejos sólo para ver, es sólo el eco de lo que una vez fue nuestra costumbre.
Somos nómades devenidos en sedentarios.

La ineficiencia propia de ejecutar repetitivamente una tarea no deseada con la finalidad de obtener por esta una remuneración, no es propia de la incapacidad, sino de la necesidad  de interactuar de una manera flexible, sin estar sujetos a normas auto-impuestas.
Somos aves en jaulas construidas de prejuicios.

Confundir la superación propia con ambición, es el primero de los pasos rumbo al fracaso personal. La lógica filosófica que presupone que la definición de un concepto exige la existencia de su opuesto nos hace ver que para que exista un adinerado es necesario –al menos- un desprovisto.
Somos ricos en banalidades, y carecemos de valores.

Nuestros límites exceden al entorno personal y a pesar de reprochar las generalidades, nuestras mayores ambiciones pasan siempre por encajar. Queremos –profundamente- ser parte de algo. Queremos ser la familia tipo, el amigo tipo, el empleado tipo, el estudiante tipo. Pero somos ambiciosos, no nos detenemos ahí, vamos más allá. No nos alcanzan los limites sociales, sino que además queremos hacerlos físicos. Nos dividimos en continentes. Nos dividimos en regiones. Nos dividimos en países. Nos dividimos en estados o provincias. Nos dividimos en ciudades. Nos dividimos en localidades. Nos dividimos.
Somos limitados.

miércoles, 7 de julio de 2010

Evasión

No hay nada más trágico que evitar lo que hiere, para evadir el dolor. El dolor es una sensación mágica, es una percepción sensorial que identifica un claro descontento. Si no queremos aceptar ese dolor, y por consiguiente decidimos obviar el problema, entonces, ¡¿Cómo pretendemos resolverlo?!

lunes, 22 de marzo de 2010

Axiomas

1. Todas las generalizaciones son malas, inclusive esta (I).
2. La vigorosa defensa de un hecho atenta contra este con la misma vehemencia que es defendido.
3. La reciprocidad es inherente a la relación intrínseca de los hechos.
4. La afirmación "todo es relativo", es absolutista.
5. El entorno condicionante impide la abstracción del hecho, y por lo tanto, el análisis aislado del mismo.

(I) Bernard Shaw

miércoles, 13 de enero de 2010

Luz

Lo vertiginoso de lo cotidiano, el dinamismo de la vida, lo efímero de los hechos, enmarcan –delimitan- las acciones, y las reacciones por estas producidas.
Lo intrínseco e inherente al proceder de cada ser, favorece a la promiscuidad de los hechos.
La interrelación de los pensamientos, sentimientos y pareceres, condicionan gravemente el ámbito sobre el cual estos se desenvuelven.
La razón, la causa y el efecto.
En circunstancias por demás extrañas se brinda a la vida una luz pura que a través de los prismas se destila en millones de colores. La gamma inunda el espectro, y rebasa incluso la mera percepción. La imposibilidad de discernir entre las sutilezas de ellos hacen carecer de valor relativo a los similares, y sólo anteponerse por sobre los otros los notoriamente contrastados. La inequidad no es azarosa, y de nadie depende más que del propio entusiasmo de ver más allá de lo que se deja ver.
La luz envuelve la habitación, inunda y regocija el alma, y cada ser disfruta de su perspectiva. Las sombras son únicas para cada punto, y siendo estos infinitos, lo son también las sombras.
Ojos curiosos y expectantes rodean a la fuente luminosa. La luz se emite y reverbera en sus cuerpos; las sombras danzan al compás de la ocasión. Cientos, miles e incluso millones observan un único acontecimiento, y no existe coincidencia alguna siquiera en un par de ellos.
El hecho empírico, único; los puntos de vista, infinitos.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Crecimiento

Creerás falsamente haber dejado atrás toda atadura litúrgica, emocional, lógica. Abnegado por tal creencia, fallarás en lo que crees pasado, pero que aún se reverbera en el presente. La fortaleza rige en el conocimiento del dolor, y en la necesidad de no recurrir al mismo, nunca más. No intentes -entonces- negar estar viviéndolo de nuevo, porque esa negación será el causal de que este mal esté presente. Sólo debes saber que siempre estará latente, y que recordarlo y aceptarlo será la mejor forma de mantenerlo alejado.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Avance

Por tierras fértiles sus pies descalzos anduvieron. La llama abrigó su cuerpo y la batalla su alma. Devenido en ser mortal sembró la semilla de la vida intentando equívocamente perdurar en el tiempo. El fin de su camino aún no ha llegado dándole la chance de seguir hundiendo sus pies en el barro. Lo empírico de su procesión le dará la gratificación por su sacrificio estoico. La eternidad galardonará su perseverancia.

martes, 22 de enero de 2008

Relación

La forma de percibir y de aceptar los acontecimientos que nos rodean, irrumpe con la idealización y la utopía de un fin común.
Los aspectos vistos con perspectivas distintas, los puntos, relevados desde ópticas que varían acorde al contexto social, político o cultural imposibilitan el arribo a una conclusión unívoca.
Mismo en uno, la falta de correlación en la totalidad de su persona, las contradicciones y la tolerancia de sucesos acorde como se presenta cada situación en particular, la flexibilidad de la vara con la que se mide, comprometen la conjunción de los pensamientos.
¿Cómo pretender entonces, el absolutismo de una verdad? Claramente esta, es tan variable como se lo desee.
Así por lo mismo no existe distinción sujeta a un carácter moral, del bien y el mal.
No hay Ser capaz, por estar implícitamente sumergido en un contexto, que distinga y que pueda aseverar qué es el bien y qué es el mal. De hecho no puede siquiera diferenciar la delgada línea que los aparta. ¿Cómo entonces pretender encontrar una verdad?
Brota por la humanidad la creencia de la necesidad de transmitir el mensaje, sin comprender que la transmisión del mismo, tergiversa al original.
Bien entonces, la identificación de un problema es más difícil e importante, que hallar la solución al mismo.
¿Cómo uno podría alejarse de la realidad actual y apuntar un problema en particular? Claramente, por más fuerza de voluntad, y obviando el hecho de incurrir en el facilismo, es esto imposible.
¿Quién pudiera alzar la voz por sobre los demás y aventurarse en su afirmación de la virtud personal de discernir los acontecimientos morales?
La nobleza podría encontrarse en no imponer lo que se considera correcto, sino aceptar distintas percepciones de una misma realidad; pero está esto también para ser juzgado, ya que no es más que otra opinión contextualizada.
Entonces, siendo imposible la abstracción total, ¿Se puede afirmar que la verdad es relativa, y no absoluta? Claramente, una vez más, la respuesta, sea afirmativa o negativa, está contextualizada. Entonces uno se aventuraría en aseverar “nada es absoluto, por el contrario, todo es relativo”, y con el solo hecho de mencionar ridículo enunciado, estaría uno contradiciéndose.
En el afán de salvaguardar una idea, se la destruye implícitamente al identificarla; tal y como lo mencionó Bernard Shaw.
Esto produce que los hechos estén vinculados tan íntimamente, que la reciprocidad de los mismos sea consecuencia de su mera existencia.
Deviene esto en la incapacidad de conocer, de discernir, de distinguir, de encontrar el comienzo del hilo que forma el ovillo.
¿Cómo defender con entusiasmo algo que se sabe que por el sólo hecho de defenderlo, se lo está dañando?
A esto está sujeto todo accionar; todo lo defendido efusivamente, es atacado con la misma efusividad.

martes, 4 de diciembre de 2007

Motivación

Antepóngase por sobre todas las cosas, lo que apasiona.
La grandilocuencia de los actos pasionales, envalentonados por el romanticismo saciaran la sed de su ser. Rebasará por sobre usted, cual torrente de agua de manantial, la felicidad de lo deseado.
No vive en uno, más que lo que uno desea.
Aún habiendo perdido la cordura, en su locura hallará el mundo que usted construye. Y será entonces, que en los estados de su mente, brotará la planta más verde. Y ésta sólo producirá hiel, si de su ser el amor se ha marchado. No responda entonces con desdén a quienes lo rodean, ame lo bueno como lo malo, y comprenda a todo momento, que nadie posee la verdad absoluta, ya que esta no existe. Y redunde en un tema, tanto como yo mismo y tal vez más, si es que este lo enorgullece. No hay fuente de autosatisfacción de mayor magnitud, que la que provee el acto consciente.

martes, 27 de noviembre de 2007

Comprensión II

Cuando la inundación llegó a sus rodillas, ya era demasiado tarde.
El agua había arrebatado vorazmente todo bien material, y había fomentado la decadencia moral. Todo lo construido, rápidamente se había perdido.
Las manos laboriosas del morador temblaban cruelmente, y sus ojos llenos de lágrimas completaban la escena del dolor.
No haría falta que usted lo conociese, el sufrimiento le invadiría el alma, por más que sea un completo extraño para su persona.
Particularmente, me colmó la desazón. No pude contener, al igual que él, las lagrimas.
Ese dolor extraño que es inexplicable, por más que sea un viejo conocido.
Ese dolor que se esconde lejos en el pecho, que altera la respiración y astilla los ojos, que produce ese temblor en sus extremidades y el sollozo agónico en su ser, la contractura de las rodillas, atoradas por el peso sobre sus espaldas.
La confusión nos abordó a todos por igual, ¿Por qué a él? Nadie lo sabe.
Los bienes son efímeros, y no era la pérdida de los mismos, la razón del malestar, era la indignación que producía ese marco deplorable, en ese ser puro.
Aún hoy, ya con el tiempo sobre mis hombros, sigo sintiendo el dolor latente.
Y nadie lo comprenderá como los que allí estuvimos ese trágico día, cuando el agua lavó la fe y la esperanza, cuando el agua nos despojo de la virtud de creer.

viernes, 28 de septiembre de 2007

Conflicto

El conflicto que regía sus vidas se debatía en un lugar estrecho. La escasa amplitud de terreno bélico conllevaba implícitamente algunos condicionamientos. Los enemigos eran cercanos, es decir, el profundo conocimiento de sus estrategias era recíproco. Combatían día a día, ya habían perdido la noción del tiempo, tal vez ya habían pasado años, nunca se sabe. A pesar de poseer grandes cualidades, ambos se sentían aislados en el campo de batalla. Los abrumaba la situación, y a quién no. Pero sobresale algo de esto, este lucha encarnizada, prolongada en el tiempo hasta el olvido del comienzo del mismo, y sin esperanza de un fin, había aunado a los enemigos, a tal punto de que ya se hacía imposible discernir quién combatía por el bien, y quien lo hacía por el mal. Obviando la cuestión ética, moral y tal vez existencial de qué signifique esto. La convergencia en algunos conceptos era notoria. La brutal divergencia en otros, imposibilitaba el debate pacífico. Y en la eternidad del tiempo, estos enemigos se hicieron inmortales y tuvieron que convivir. Se autoproclamaron necesarios. Y todos los adoptamos como hijos huérfanos. Y en mi viven, como en todo ser racional. Y se los ha nombrado con el afán de identificarlos. Y en mi idioma no son más estos guerreros, que mi ego y mi pudor. Mi orgullo y mi vergüenza. Mi respeto y mi indiferencia. Mi pro y mi contra. Y en mi vivirán, hasta que conmigo mueran.

viernes, 7 de septiembre de 2007

Complementos

“Todas las generalizaciones son malas, inclusive esta”.
Bernard Shaw


“A toda acción corresponde una reacción igual en magnitud y dirección, pero de sentido opuesto”.
Sir Isaac Newton


El equilibrio, desde siempre, ha dado sentido a las contrapartes, puesto que nuestra óptica, y entiéndase por óptica a toda percepción sensorial, sólo nos aporta información por contraste.
La limitación a toda definición esta impuesta por la imposibilidad de transmitir un conocimiento sin hacer referencia a otro, la reciprocidad de los hechos hacen carentes de significado a definiciones de complementarios.
La inevitable relación íntima de los opuestos hace que los mismos se potencien mutuamente.
Sea tal vez la pareja perfecta, en esta compulsa, la que forman el amor y el odio. Su ligadura íntima permite y favorece al hecho de su proporcionalidad, haciendo referencia esta a inconmensurables aspectos.
Ambos son perfectos, y no es la ambición del ser erradicar al odio, pues sin este el amor se desvanecería.
Nótese que uno de estos no puede definirse como la ausencia del otro, pues por el contrario, la definición, y es más, la existencia de estos, depende de la supervivencia de ambos, y se avala aquí la relación proporcional, siendo esta de índole directa, ya que cuando se acrecienta uno, también lo hace el otro.
Y el privilegiado que ha conocido a la vida (y vive), que comprende y acepta la inexorabilidad de la muerte, por ser esta de carácter erradicable, formando una metáfora, un paralelismo perfecto, con el caso anterior, ya que, solo queda, como método único, para desmerecer, para desvalorizar a la muerte, enaltecer la vida.
Entiéndase entonces, que es de carácter trascendente, saber valorar el amor, es este, fuente única de razón.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Comprensión

La percepción de todo escrito se plasma de formas distintas, dependiendo del lector.
Esto se debe a incontables variables, que enriquecen o empobrece la lectura.
Una de estas, en la cual quisiera hacer hincapié, es un hecho que pudiera tal vez pasarse por alto, pero que juega un rol importante en toda lectura.
Consideremos este escrito en particular, en este preciso instante, ¿Cómo se refleja esta lectura en nuestro cerebro?, es decir, ¿Qué voz interna imaginamos al leer?, ¿Acaso la lectura no es un susurro interior?, ¿Es nuestra propia voz la que oímos?, ¿Es una voz amorfa, indescriptible? Y si conociésemos la voz del escritor, ¿Seria su voz la que nos susurra íntimamente?
Y el que ha nacido privado de oír y fue impedido de conocer cualquier acto sonoro, ¿Cuál es la representación de su lectura?
Al infinito se reproduce la lectura, agudizando el oído carente de representación física, en el oyente y en el sordo, buscando el sonido interior.

jueves, 30 de agosto de 2007

Sentíres

Revuelvo íntimamente, en cada recóndito lugar de mi espacioso cerebro, y en la amplitud del mismo, busco un vestigio del tesoro tan preciado.
Concentrado tal como un excelso budista, comienzo a dilucidar la idea buscada.
Es una mirada introspectiva, autocrítica, y juzgadora.
Momentáneamente lo que me circunda se convierte en superfluo, y de esa manera queda expuesto el pensamiento buscado, allí aparece entonces la tirana vergüenza, cobardemente escondida, detrás de pensamientos que complotados con ella y con mi subconsciente, luchan por encubrirla.
Allí se encuentra la bastarda, que fue bastarda desde el preciso momento de nacer, pues no hay padre alguno que tenga la gallardía de reconocerla.
Pienso en esa vergüenza entonces, y la traigo al presente, reconstruyo la escena; es clara, nitidita, fresca, vigente, es sencillamente auténtica.
Revivo esa situación entonces, en una perfecta simulación cerebral; mi humanidad comienza a manifestar físicamente la vergüenza rememorada, el frío corre por los huesos, mis ojos se desvían cobardemente, buscando el reconfortante espacio alejado de la realidad, mis manos cubren instintivamente mi rostro, cómplices de unos ojos que ya no saben qué hacer para no ver, la sensación de humillación se revitaliza, se hace fuerte, la vergüenza se apodera completamente de mi ser, las lagrimas corren por mis mejillas y la agitación del corazón simula la verborragia de un interlocutor apasionado.
Como la réplica de un sismo ejecutado por la decisión de un déspota Dios, mi vitalidad se desvanece, carezco ya de fuerzas, pues ya no existe lugar donde sentarme a retozar.
Me encuentro en el medio de un desierto, rodeado de médanos de arena, los cuales se aventuran en vuelos facilitados por el viento, y no importa la cantidad de los mismos, sino la cantidad de granos de arena, los cuales no son infinitos, y eso es lo que me atormenta, la problemática de negarme a ceder al facilismo de considerarlos incontables, mas no es así, pues por el contrario, los mismos pueden ser enumerados, y siento que mi tarea es esa, y que va a llevarme toda la vida.
Es aquí cuando la vergüenza comienza a abrumarme, y caigo rendido.
La incomodidad que produce, anula mi motricidad, y me asemeja a un convaleciente.
Hace aquí el optimismo su ingreso triunfal, poniéndose de manifiesto, y legitimando a la vez, que las vivencias traumáticas, las vergonzosas y humillantes son las que me han hecho comprender cada acto erróneo de mi actuar, pues son ellas las responsables de mi fortaleza, y no las causales de mis debilidades, y el optimismo deja de ser, para dar lugar a la razón, y esta ahora la que dictamina, que no hay hombre que haya vivido, sin haber incurrido en el error vergonzante.

domingo, 29 de abril de 2007

Evolución

Quienes comulgan cualquier religión aseveran que Dios es la solución; la falta de objetividad les ha impedido razonar.
Dios no ha creado al hombre, pues por el contrario, el hombre lo ha creado a Él.
La santa escritura no son más que relatos creados por seres de igual condición física y terrenal que la nuestra.
Si Dios existiese dichas escrituras se contradecirían, pues Él jamás se arrodillaría para susurrar a nuestros oídos sus lineamientos ideológicos, su propia omnipotencia no se lo permitiría.
A través de los tiempos ha surgido la necesidad en todo ser racional de encontrar la respuesta a preguntas existenciales.
Confucio dijo, condición necesaria para llamarse problema, es que el mismo posea solución.
La incapacidad de encontrar las respuestas de la forma empírica mediante la cual el hombre ha desarrollado toda tecnología, atribuyó lo inexplicable a un ser supremo.
En nombre del mismo se han llevado a cabo atrocidades de magnitudes increíbles, extraña en este punto es la religión de cualquier índole, pues mientras que predican que somos la creación de Dios, siendo este magnánimo, no toleran la posibilidad que la existencia del mismo sea la causante de las atrocidades cometidas, aún más, sostienen lo contrario, que es el hombre quién no sabe comprender el accionar Divino.
Este objeto abstracto infunde sentimientos contrarios; amor y odio.
Quita el objetivo central de toda discusión, pues esta ya no es más el cómo mejorar, sino de quien ha sido la culpa.
Quieren comulgar la paz con violencia física y mental.
Mas no es por razón de la fuerza, sino a fuerza de razón; todo acto debería ser mesurado.
Quienes se encargaron de manipular la Fe de los seres, de exterminar indiscriminadamente a todo aquel que tenía una creencia distinta, a quien lucía distinto, a quien sentía de forma diferente, hasta quien se expresaba de una manera distinta, son los responsables de todo mal.
Estas palabras no escapan a la definición que las mismas promueven, la realidad es una sola, los puntos de visión, infinitos.